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31 de marzo de 2023

“Son días dolorosos los días de alegrías”

El Servicio de Pediatría del Hospital San Felipe de San Nicolás hoy lleva el nombre del nieto restituido Manuel Gonçalves Granada.

En un acto de reparación, pero también de síntesis de un proceso histórico de reconstrucción individual y colectiva de la memoria y la identidad, el Servicio de Pediatría del Hospital San Felipe de la ciudad bonaerense de San Nicolás pasó a llamarse Manuel Gonçalves Granada. “Un bebé que entró acá como NN y salió con su identidad cambiada, y hoy puede volver, y el hospital puede decir a viva voz su verdadero nombre, como parte de la historia de este lugar”, señaló el nieto restituido por Abuelas de Plaza de Mayo, miembro de la comisión directiva y referente en la búsqueda de los y las nietas que faltan.

Ana María Granada, la mamá de Manuel, llegó a San Nicolás embarazada, escapando y ocultándose del terrorismo de Estado que ya había asesinado a su compañero Gastón Gonçalves. “Algunos dicen que nací acá, otros que nací en Buenos Aires, realmente no sé dónde nací, pero creo que lo más importante que nos vincula a esta ciudad es que mi mamá, estando perseguida, sola, con tan sólo 23 años, con su compañero desaparecido, sin poder tener contacto con su familia, tuvo la fuerza para sobrevivir a todo eso, para parirme y para cuidarme hasta el último día”, contó Manuel ante un público diverso, en el patio del hospital, entre ellos los y las abanderadas que lo escoltaban y otros pibes y pibas de escuelas secundarias, personal del hospital, vecinos y vecinas.

“Llegó a una casa donde había una familia que le abrió la puerta y también la acompañó en esos meses de soledad, de angustia seguramente, por no saber dónde estaba mi papá, qué había pasado con él, y ella siendo mamá tan joven”, puntualizó Manuel durante el acto por el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia organizado por el nosocomio, la Mesa de la Memoria de San Nicolás y el acompañamiento de la Subsecretaría de Derechos Humanos y la Dirección de Derechos Humanos de los hospitales de la Provincia de Buenos Aires.

Anabel Longinotti, en representación de la Mesa de la Memoria, sostuvo: “En estos 40 años de democracia, en este acto tan trascendente y significativo, Manuel va a quedar marcado en la pared de este hospital como diciendo ‘fue posible recuperar mi identidad y hoy soy un militante de los derechos humanos’”. Y destacó el valor de este trabajo para las futuras generaciones: “Quiero agradecerles fundamentalmente a los pibes que están acá, que son garantía de la transmisión de la memoria. Esto que están haciendo acá, vale mucho más que muchas clases en la escuela. Hoy van a salir de acá distintos a como entraron”.

Manuel también repasó el trabajo territorial que realizó en la ciudad donde pasó los últimos días con su mamá, asesinada en el operativo conocido como la Masacre de la Calle Juan B. Justo, de la que él fue el único sobreviviente gracias a que Ana lo resguardó de los gases y la balacera en un pacard. De allí lo llevaron al Hospital San Felipe y el juez de menores  Juan Carlos Marchetti lo introdujo en el sistema de adopción sin buscar a su familia. Manuel evocó sus primeras visitas a San Nicolás –“Éramos un grupito, en la escuela de arte, en el patio”– y los pasos iniciales para empezar a hacer justicia. “En 2004 me fui encontrando con los compañeros de HIJOS Rosario que nos ayudaron a que avancen esas causas. Y yo venía y me encontraba con el Cholo Busdassi, que me esperaba siempre paciente frente a la Fiscalía, en la que estaba Juan Murray, un compañero que nos abrió la puerta de la justicia. Pero también había un juez federal, Villafuerte Ruzo, que no sólo no nos atendía, sino que hizo todo lo posible para que no avancen nuestras causas. La justicia tiene muchos Villafuertes Ruzos, pero también mucha gente comprometida como Juan, que a nosotros nos dio la posibilidad de creer que lo íbamos a lograr”.

El subsecretario de Derechos Humanos bonaerense, Matías Moreno, se refirió al largo camino de construcción de memoria, verdad y justicia, incluidas las políticas públicas al respecto, que se inscribe en la historia de las Madres, Abuelas de Plaza de Mayo y el movimiento de los organismos de derechos humanos: “Hoy, como sociedad, estamos transitando 40 años de democracia, es un hito, y debemos sentirnos orgullosos y orgullosas. Es una obligación poder transmitir la memoria a tantos jóvenes que viven en el presente, pero no de manera testimonial, sino para poder tejer puentes con las nuevas generaciones y revalorizar esta democracia”.

“Lo que se conoce como la masacre de la calle Juan B. Justo –añadió Manuel– resume la brutalidad de la dictadura: 40 tipos que llegaron a las 6 de la mañana, rodearon la casa y la destruyeron. Éramos seis en esa casa y hay un solo sobreviviente”.

“Días como hoy hay un montón de cosas que se remueven, de tristezas que están a flor de piel, pero también hay situaciones que me sanan y me llenan de alegría. Pensar en cuánto hemos caminado para que este hospital, que al principio era sólo parte de la tragedia, hoy pueda contar lo que nos pasó, se lo pueda contar a los médicos, a las enfermeras, que son nacidos en democracia, me reconforta”, expresó Manuel y concluyó: “Mi papá le escribió una vez a mi mamá, una frase que desde hace un tiempo me viene cada vez que pasa algo como lo que está pasando hoy acá. Le puso: ‘Son días dolorosos los días de alegría’. Yo nunca entendía bien el significado de la frase, pero son días como éste los que, creo, la resumen”.

Fuente: Abuelas
Autor/a: Abuelas

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 Manuel Gonçalves Granada

Manuel Gonçalves Granada

Manuel Gonçalves Granada nació el 27 de junio de 1976. Su padre, Gastón Roberto José Gonçalves, desapareció el 24 de marzo de 1976 en la localidad de Zárate, provincia de Buenos Aires. Permaneció detenido en la Brigada de San Martín y en la Comisaría de Escobar. El 2 de abril de ese mismo año sus restos fueron hallados sobre la Ruta N° 4 y sepultados como NN en el Cementerio de Escobar. En 1996 su cuerpo fue identificado por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). Ana María del Carmen Granada fue asesinada en San Nicolás el 19 de noviembre de 1976, junto a ella se encontraba Manuel, quien salvó su vida gracias a que su madre lo ocultó en un ropero.

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